lunes, 25 de julio de 2011

LA YONNA O CHICHAMAYA

Es una danza propia del indígena wayuu. Este término se deriva del verbo ayunnaja que significa danza; la Yonna consiste en danzar alrededor de un círculo llamado piovi, donde el hombre da vuelta para atrás representando el viento y la mujer va hacia delante representando la fuerza y tratando de perseguir al parejo hasta derribarlo; el baile es muy decente, propio de la gente de bien. A él concurren hombres y mujeres aún de humilde cuna, aunque no deja de haber sus distinguidos entre las parejas según su alcurnia, pero es muy señalada la jerarquía.

Esta danza plantea una verdadera lucha entre el hombre y la mujer. En ella se caracteriza toda evidencia a la pareja guajira, a la poligamia: múltiples mujeres se suceden para atacar y abatir a los hombres, único y no relevable. Pero más allá de esta representación, esta danza encierra una significación simbólica más profunda.los motivos para que se realice el baile, pueden ser los siguientes: Cuando se presenta una majayura (señorita), Cuando se agradece la fertilidad Cuando se marcan los animales, Cuando la graduación de un outs Por enfermedad

La Yonna es sin ninguna duda la manifestación colectiva más popular en la actualidad y la más practicada. Los pretextos para organizar una Yonna son numerosos; se celebran en acontecimientos tales como matrimonio, el comienzo o fin del período de la relación de una muchacha, los éxitos económicos entre ellos, como testimonio de estimación durante las visitas más importantes, se presenta frecuentemente a los chamanes, exigidas, dicen ellos, por los espíritus como condición del retorno del alma y la completa curación de los enfermos.

El baile o danza de la Yonna comienza cuando un indígena toca la caja o tambor apenas anochece o a la hora prefijada para el baile; luego se percibe el sonido de la caja. Los indígenas de contorno se dan prisa para asistir al festival, las muchachas y aun las casadas se aderezan hasta quedar bien majas, se proveen un pañuelo muy grande que casi les arrastra, se colocan unas mantas muy elegantes y vistosas, el varón se coloca su casquete con penachos de pluma en la cabeza (carratsü), se pone su manta que se retuerce en la cintura y van llegando uno a uno guiados por el sonido de las tamboras, pues sólo éste es ya como la tarjeta de invitación a la fiesta, a todo el que quiera asistir a ella. Los dueños del baile han ido preparando muchas tajadas de carne, chivo, arepas de maíz, chicha mascada y sus buenas garrafas de ron. Entre los civilizados se bebe cerveza y whisky.

A los primeros redobles de la tambora todos presagian desaliento, parece que nadie ha venido con ánimo de bailar, se toman los hombres los primeros tragos de ron, las mujeres nunca toman y cuando suena la caja con su acompasado provocativo, saltan de repente; uno de los apuestos mozalbetes se despoja de sus cotizas o abarcas que presiona con la mano derecha, se desarruga la manta, se ajusta bien el guayuco y se cala la tequiara o penacho de pluma. Este parejo empieza a dar vueltas al ruedo, como desafiando a una de las asistentes al baile. De repente su propia mujer o una de las bailadoras entra al ruedo, se descalza como lo hizo su parejo, con su manta graciosa que le arrastra y su enorme pañuelo cubriéndole la cabeza, el cual desliza por su espalda hasta tocarle los talones, aprisionada por los lados a la altura de la cintura la manta y el pañuelo, caminando como a un metro de distancia, dándole vueltas al cerco al compás de la caja.

Cuando ambos han dado una vuelta entera al redondel a la intemperie e iluminado por las lámparas de gasolina o petróleo o por una fogata, de repente el indígena lanza un grito, alza la mano derecha en la que lleva la cotiza y comienza a dar carreritas mirando de un lado al otro a una prudente distancia de su pareja y sin tocarla. Tan pronto el varón lanza el grito, ella, como haciendo reverencia al público, da una vuelta en el mismo sitio y meneando su pie ágil, graciosa y rápidamente corre tras él a pisarle el pie para tumbarlo; el éxito de la mujer está más que en su elegancia, en su maestría en tirar a tierra a su parejo, pero sin empujarlo, en cambio la destreza y arte del varón consiste en no dejarse tumbar de ahí, porque cuando ella logra acorralarlo y tumbarlo todos los presentes exaltan la emoción con aplausos para la mujer y en sátira para el caído; por lo tanto, la caja sigue su ritmo acelerado y electrizante, cuando la destreza del galán logra burlar la astucia y tenacidad de la bailadora, él como engreído de su tiempo grita “tráeme a tu hermana menor”.
Los pasos para el baile son. Paso de la mosca, Paso de la hormiga, Paso de la mujer traviesa Paso del trompo, Paso del alcaraván, Paso de la tórtola.

A continuacion les Expondremos una muestra audiovisual del baile tradicional en la cultura wayuu